Fiesta de la Calle Castilla 2025

Llegó septiembre y tras la vorágine veraniega, volvió la calma. Se apuran las vacaciones, se preparan estuches, se forran libros, vuelven los despertadores y la gente, ya cansada del trasiego estival, agradece la rutina.

Sin ganas de fiestas por todas las vividas, los primeros días de septiembre un grupo de WhatsApp vive su momento de mayor actividad. Es el grupo de la calle Castilla, que sirve para desperezar a los vecinos y hacerles pensar que toca celebrar San Roque. Es una fiesta a la que le tengo especial cariño por lo característica que es en todos los sentidos.

Nos reunimos la semana anterior una «mini comisión» formada por vecinos con ganas de colaborar y le dimos forma a dos días que han quedado muy entretenidos.

El martes 16 fue el turno de la Misa como acto religioso como precedente a la chocolatada, preparada un año más con dulzura por las habituales maestras chocolateras y que se ha convertido en acto tradicional.

El sábado la jornada fue intensa. La mañana pintaba bien. Recuperamos el juego en el frontón. Aunque los puristas preferirían vernos darle con la mano, tengo 25 años y siempre he visto ya las raquetas. El juego en este frontón único en el mundo está lleno de sorpresas por los estorbos, las medias, las puercas en el saque… No hay lugar para el despiste. Personalmente, fue una gozada volver a disfrutar de un frontón donde he pasado muchas horas y que actualmente sirve de parking por las necesidades de los vecinos. Es de agradecer que, al menos una o dos veces al año, se pueda volver a disfrutar.

El frontón contó con 4 parejas, pudiendo disputar semifinales, tercer y cuarto puesto y la gran Final.

Al acabar, con la ayuda de todos montamos la barra, que terminó quedando genial. En la esquina del frontón, con las carpas cedidas por el Ayuntamiento, se creó un entorno muy bonito que solo el tiempo nos impidió disfrutar más a fondo.

Después de comer, las miradas iban al cielo, pues en todas las previsiones del tiempo daban aguacero para la noche.

La tarde respetó y pudimos disputar el torneo de guiñote contando con 7 parejas.

Llegó la víspera de la cena después de una tarde en gran armonía y tocó mover todo el mobiliario de la barra a la plaza. Toca agradecer a todos los vecinos por su colaboración, sin su ayuda no habría sido posible.

Trasladamos las tres carpas a la puerta del Ayuntamiento porque la cena se celebraría en los bajos, colocando la barra bajo una carpa y quedando otra carpa para el cobertizo y la última para la entrada al local.

La cena brindada por el Cobertizo estuvo en orden y, tras ella, llegó el acertijo fotográfico. Resulta paradójico y hasta da rabia haber pasado por los sitios cientos de veces y no parar a reflexionar sobre su historia. Los nombres han ido cambiando y con su pérdida se pierde poco a poco el recuerdo de la gente.

El diluvio llegó y, aunque nos dio tregua a ratos, complicó bastante la noche.

De todas formas, todo salió bien, con orden y dejó ratos amenos y animados.

Cerramos la barra en la madrugada y a descansar. El domingo tocaba recoger con la colaboración vecinal, comentar cuántos litros habían caído y pasar cuentas de la caja para ver la recaudación y lo que queda para el año que viene.

Como reflexión, esta fiesta de San Roque hemos aumentado la actividad con el frontón y el guiñote y la gente, joven y mayor, ha respondido, así que auguro nuevas actividades en el futuro con este grupo de personas que tiene ganas de dar color a la calle y mejor organización si cabe para poder decir que las fiestas de la calle Castilla están en auge.

¡VIVA LA FIESTA DE LA CALLE CASTILLA!

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